21 diciembre 2009

El amor en la Edad Media



Este texto no es mío (como ya indico debajo), pero me parece interesante y... en fin, aunque ya dije que no hablaría de Abelardo y Eloísa, no he podido evitarlo. Y me gustaría también tener a Freud en la cabeza, ¿no será el amor a Dios producto de la incapacidad para el amor humano?

Nunca he entendido qué conduce a amar a un dios por encima de lo humano

Amor medieval
Por Luis López Nieves

"La Edad Media fue una época excéntrica, y el amor medieval todavía no hay quién lo entienda. Un buen ejemplo es el caso de las tres parejas más famosas del medioevo: Laura y Petrarca; Dante y Beatriz; Abelardo y Eloísa.

No se sabe quién fue Laura, ni siquiera se sabe si realmente existió. Algunas versiones afirman que sí, pero que ya estaba casada cuando Petrarca la conoció. Otras versiones, conscientes de cuánto ambicionaba Petrarca ganar la corona de laureles otorgada a los poetas famosos, indican que "Laura" no es otra cosa que una abstracción de la palabra "laurel".

"Beatriz", proveniente del vocablo latino "beata", también es un símbolo: identifica a la salvación cristiana. Dante vio por primera vez a Beatriz Portinari cuando ambos tenían nueve años. Desde ese día toda su vida literaria (incluida su obra maestra: La divina comedia) giró en torno a Beatriz, a pesar de que la vio pocas veces, ambos se casaron con personas diferentes, y ella murió a los 24 años de edad.

Es un hecho atroz: dos de las más famosas parejas de amantes medievales no fueron amantes, no se tocaron un dedo, nunca hicieron el amor. Pero el tercer caso, el de los amantes más desgraciados de todos los tiempos, es una historia de amor-horror tan intenso, que pocas veces puedo recordarla sin espanto.

Abelardo fue un joven y famoso teólogo francés del siglo XII, profesor de la catedral de Notre Dame, en París. El canon de la catedral lo contrató para que diera clases privadas a su hermosa sobrina Eloísa, quien contrario a la costumbre de una época en que las mujeres no iban a la escuela, a los 17 años de edad sabía teología, filosofía, griego, hebreo y latín.

Cometieron el error de enamorarse, a pesar de los planes del tío de Eloísa de casarla con un importante aristócrata. Se fugaron a las tierras de Abelardo en Bretaña, contrajeron matrimonio y tuvieron un hijo (astrolabio). Sin embargo, el tío de Eloísa no pudo perdonar a Abelardo, a quien acusaba de seducción. Para vengarse, este funcionario eclesiástico contrató a un grupo de matones. Entraron de noche a la casa de Abelardo. Mientras dormía, soñando tal vez con su hermosa Eloísa, lo sujetaron con las piernas abiertas y lo castraron con un cuchillo boto, a sangre fría. Cada vez que me acuerdo, me sudan las manos.

Una vez pasados los primeros días de dolor insólito, Abelardo comenzó a sumirse en una gran depresión. Miraba en el espejo y veía una abominación, un ser despreciable, algo así como la mitad de un hombre. Eloísa, joven aún, protestaba ante el mundo y ante Dios; se negaba a aceptar esta pavorosa mutilación de su amado y dulcemente le repetía que seguiría queriéndolo toda la vida. Abelardo, finalmente, decidió meterse a monje, a pesar de las protestas de su bella mujer: no tenía sentido permanecer en el mundo.

Este es sólo el comienzo de la larga y muy hermosa historia de Abelardo y Eloísa.

A esto se suceden cartas en las que Abelardo sólo habla del amor a Dios y ella le pide palabras de amor y consuelo, temiendo ser olvidada por el amor de su vida. Ella no logra olvidarlo, y como una enamorada de cualquier tiempo, rememora las escenas compartidas. Pero no consigue que Abelardo le hable como un amante sino sólo como un maestro que quiere consolarla.
Afortunadamente, la última carta conocida de Abelardo a Eloísa, termina con una oración compuesta para ella, su lenguaje abandona la abstracción y, por primera vez después de muchos años, se vuelve íntimo y cálido. Seguramente ella se debe haber sentido regocijada ante cada uno de esos recuerdos que los ligaban nuevamente y que sólo ellos dos conocían. Evidentemente, el recuerdo de la pasión había conseguido romper la solidez doctrinal de su amado Abelardo.

Aunque a ella no le quedó más remedio que meterse a monja también, pasó el resto de su vida desesperadamente enamorada de Abelardo. Nunca dejó de amarlo. Tampoco perdonó jamás a su tío, ni a la iglesia, ni a Dios, por la cruel mutilación que le había robado la felicidad. Abelardo más o menos se resignó, se adormeció, llegó a afirmar que su tragedia era un merecido castigo divino: había pecado con Eloísa. A Eloísa, en cambio, le ocurrió lo contrario: cada día se sentía más rebelde contra el mundo y crecía más su angustia. Sus cartas reflejan la desolación de una mujer atormentada hasta el final de sus días. Dice la leyenda que Eloísa, monja y abadesa de su convento, murió maldiciendo a Dios: nunca se resignó a vivir sin su amado Abelardo.

También dice la leyenda que Eloísa, a punto de morir en el año 1164, pidió que la enterraran con su marido, quien había muerto antes. Al abrir la tumba, el cadáver de Abelardo levantó los brazos y abrazó a su querida esposa.

Actualmente estos desgraciados amantes están en el célebre cementerio Père Lachaise de París. A pesar de que han transcurrido más de 800 años, la gente todavía se acuerda de ellos y lleva flores a la tumba. Yo les llevé dos rosas blancas en el invierno de 1985.

Visto el caso de las tres parejas más famosas del Medievo, es inevitable concluir que la Edad Media fue una época bastante excéntrica, y que el amor medieval no hay quién lo entienda. Es decir, las cosas no han cambiado mucho."


04 diciembre 2009

San Agustín de Hipona. Filosofía y Religión.

Filosofía y Religión. ¿Un oxímoron? ¿una metáfora? ¿un periodo histórico en el que ambas explicaciones convivieron?

2. a) Agustín de Hipona 1) De la filosofía antigua a la filosofía medieval: San Agustín. Filosofía y Religión.

Vamos a intentar resolver esta semana este apartado del temario usando:

- El libro de texto.

- Un ppt con el que la editorial Oxford esquematiza los contenidos esenciales, modificado por mí.

- Las primeras páginas de un documento que habitualmente uso para explicar el periodo de ¿filosofía? que se dió entre el Helenismo y el Renacimiento, el de la -para mí oxímoron- filosofía cristiana.

- La entrada dedicada a San Agustín en la santopedia.

- La colaboración inestimable de vuestro atento profesor.


Como de las próximas 3 sesiones de clase sólo dispondremos de una, nos daremos un poquitín de prisa y lo "empezaremos a terminar" hoy (¡venga oxímoron!)

En la sesión de clase habéis podido leer el libro y en esos 35 minutos (tiempo de sobra para una primera lectura completa), habéis tenido la ocasión para plantear al profesor todas las dudas que hayan podido surgir. Todas han sido respondidas a completa satisfacción (100%: 1 duda, 1 respuesta satisfactoria). Ahora queda lo demás.

Disfrutad del puente.

01 diciembre 2009

¿CÓMO ES EL MUNDO QUE PERCIBIMOS?

No es lo mismo oir que escuchar.


Nuestros sentidos captan los estimulos del medio y así obtenemos la información básica sobre el mundo.

Pero la sensación no es nada si no se transforma con la percepción: seleccionamos con la atención y con nuestros intereses. Y con nuestra subjetividad construimos los perceptos a partir de los muchos datos que captan nuestros sentidos. Por eso no podemos decir que captamos el mundo como es; lo construimos a nuestra imagen.

Las ilusiones ópticas son un buen ejemplo. Akiyoshi KITAOKA tiene una página web dedicada a exponer sus creaciones. Los "rotating snakes" (como ejemplo, el de arriba) son los más famosos, pero ha creado un montón de ilusiones donde no podemos impedir que objetos fijos, quietos, inanimandos, se nos muestren móviles, dilatados o girando.

Si los sentidos captan realmente lo que hay, algo quieto, ¿dónde se crea el movimiento? En nosotros al construir esa percepción.



Cuídate los ojos, abusar de estas páginas marea:
http://www.ritsumei.ac.jp/~akitaoka/index-e.html


Y como en clase hablamos del original artista
holandés Escher, ahí va un poco de su arte:

¿Quién es?


Su página personal

Y esta es la que me parece la mejor página con una colección de sus dibujos.

¿Sabes contar? ¿Cuántos puntos blancos y cuántos negros hay aquí?

¿Y aún piensas que el mundo es como crees conocerlo?

Y REPITO ahora esta entrada de hace 1 curso sobre el DRAGÓN GUARDIÁN:

Podéis montar la ilusión desde una fotocopia y ver como el dragón sigue vuestros movimientos con su cabeza


Ahora os muestro los planos en diversos colores:

Aquí tenemos el plano de montaje del dragón

en azul,

en rojo,

en verde,

en marrón,

en negro,

o en violeta.


Los hay de otros animales: un
perro (cuidado: necesita abrirse el archivo pdf) un gato o un coatí:

También hay otra de un perro y de un esqueleto, pero no he encontrado el plano de montaje, sólo videos en el youtube


o de una rana:



Para que funcione la ilusión debemos cerrar un ojo cuando lo miremos y movernos lentamente alrededor de la figura. Si no, al usar los dos ojos se nota la profundidad y no funciona. Mucho mejor es grabarlo con una cámara, moviéndola alrededor de la figura.

El dragón fue creado, basándose en una idea del mago e ilusionista Jerry Andrus, por Binary Arts (ahora ThinkFun, una empresa de los Estados Unidos dedicada a la creación de juegos y rompecabezas), para repartir en la tercera edición de Gathering for Gardner, el encuentro que los aficionados a las matemáticas recreativas realizan periódicamente en honor a Martin Gardner.

¿Por qué se produce esta ilusión?

Nuestros rostros son en su mayor parte convexos, es decir, salientes. Son salientes la nariz y las cejas, y en menor medida los pómulos y los labios. La zona de los ojos, en cambio, es entrante, cóncava: se encuentra más atrás que el resto de los rasgos de la cara. Todo esto lo comenzamos a aprender desde el momento en que nacemos, mirando la cara de nuestros padres. Y lo aprendemos tan bien que tendemos a considerar cualquier imagen de un rostro como si fuese convexa. Ahora bien, cuando pasamos frente a alguien mirándolo a la cara, a medida que nos desplazamos vemos que las partes que sobresalen más van ocultando a los otros rasgos: primero la punta de la nariz oculta una mejilla, luego el dorso de la nariz oculta parte de un ojo. Por eso, cuando pasamos frente a un rostro plano (como el de los retratos) inconscientemente lo consideramos convexo. Pero ahora los rasgos salientes no ocultan a los rasgos entrantes. Al contrario, seguimos viendo los ojos del retrato en todo momento. Y la única forma de que esto tenga sentido es considerar que el retrato o el modelo giran la cabeza mientras pasamos, siguiéndonos con la mirada.

Construimos nuestros perceptos, como ya nos explicaba la Escuela de la Gestalt. El mundo no es como lo percibimos.

En esta página se nos explica muy bien este fenómeno, así que os remito a ella en lugar de fusilar sus contenidos:

http://psicoteca.blogspot.com/2007/08/la-ilusin-ptica-ms-grandiosa-de-todas.html

y veamos para terminar este video de Charles Chaplin. Lo explica todo:


Pincha para terminar en cada una de estas imágenes para ampliarlas. Ojo: están fijas, ellas no se mueven, son un archivo jpg. Déjalas quietas. No las muevas tú. ¿Puedes?

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