Me da igual si veis esto. Tanto me da si queréis ocupar vuestro preciado tiempo en escuchar a este señor de casi 100 años. Pero no puedo evitar incluir en este blog de reflexión la posibilidad de que esto llegue a vuestro alcance. Lo siento: yo estoy INDIGNADO, pero me temo que, cada vez más, también RESIGNADO. Este joven de 94 años confía más en vosotros (y en mi) que yo. Temo que prefiráis dedicar estos 26 minutos a cosas que para vosotros son más importantes.
¿Cómo puede este hombre, que ya está abriendo la puerta para marcharse, detenerse y dedicar sus últimas fuerzas a contarnos con esa clarividencia lo que nos queda y lo que nos espera?
Le escucho hablar y pienso: "él sí me representa". Pero se va. Y los que quedan no le escuchan.
He vuelto a verlo. Me siento ENTUSIASMADO. Es inevitable tras oirle hablar. Pero también REPUGNADO por lo que me rodea. Cuando se despide y dice estar con los jóvenes de la sala también me mira a mi. Me emociono. Pero pronto pasa. TENGO LOS BOLSILLOS VACIOS y permanezco serio, emocionado, sí, emocionado, pero sigo sentado frente al ordenador.
25 junio 2011
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3 comentarios:
Que gran esntrevista, es increible la sabiduria de este grandisimo hombre, y la razón que tiene en todo lo que dice, el entusiasmo que pone en cada palabra, y la emoción al final que nadie que vea el video podría evitar en su despedida es un grande, un saludo
Hola muchacha ¿qué tal te va? Cuéntamelo en "alumnos que no me odian"
Se va...
Gracias por subirlo.
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